La noche del 24 de junio, el cielo de San Juan se colorea de un naranja intenso porque, cientos de alicantinos se reúnen para encender hogueras de acuerdo a una fiesta tradicional que data de 1932.
Se cree que la celebración en sí es de origen pagano, basada en una festividad en la que se encendían hogueras para honrar el solsticio de verano. El solsticio es el día 21 pero se cree que la fecha se vio modificada aunque tuviera la misma finalidad.
El objetivo de utilizar concretamente el fuego se basaba en la creencia de que este elemento simbolizaba la ilusión de “dar fuerza al sol”, ya que existía la creencia de que este se debilitaba, haciendo los días más cortos, hasta el solsticio de invierno. El fuego a su vez también tiene un matiz purificador de manera que servía de limpieza espiritual para todos aquellos que lo contemplaban.
El ritual se extiende por toda Europa: España, Portugal, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Estonia y Reino Unido, son algunos de los países que lo conservan. Fuera de nuestro continente, otros países como Bolivia, Chile, Ecuador, Brasil, Perú o Puerto Rico, también viven la famosa noche de San Juan.
Existen diferentes versiones para una única protagonista y todas asociadas a la noche de San Juan. Se habla de que solo esa noche y en diferentes escenarios según la versión, se puede ver a una mujer, “la encantada”, cepillando sus largos cabellos.
Las hogueras de San Juan, están consideradas de Interés Turístico Internacional y su principal impulsor fue José María Py, que quiso darle a la provincia de Alicante unas fiestas equiparables a las Fallas de Valencia.
Alicante celebra su fiesta por todo lo alto, con cabalgatas, desfiles, mascletás, actuaciones musicales, campeonatos deportivos… Todo para que tanto los propios de la provincia como los turistas que vayan a conocer la festividad, la disfruten al máximo.
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